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jueves, 12 de mayo de 2011
"Por Fin Conoci La Nieve"
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domingo, 27 de junio de 2010
"Frontera"
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Hace como dos mese fuimos de vacaciones a Phoenix Arizona mi esposa mi hija y yo, con el afán de ir de compras y visitar a la familia de mi esposa quienes hace años habitan en E.U.
Y me llamo la atención que cuando estábamos haciendo fila en la garita de Nogales Sonora por la parte de arriba, entre fila y fila de carros hacían rondines unos oficiales de la migra bien armados con unos mosquetones de alto calibre echando miradas hacia dentro de nuestros autos. Esta actitud me inquieto mucho, me sentí muy incomodo y mientras esperábamos tome una fotografía a la barda que delimita los dos países como marcando “territorio” me encontraba exactamente en la línea divisoria de dos países “La Frontera” y me pregunte la frontera? La frontera de qué? Y Curiosamente nos toco exactamente en el tiempo en que la ley anti inmigrantes estaba a todo lo que daba inclusive asistimos a un partido de Beisbol de DiamondBacks de Arizona contra LA Dodgers y antes de entrar al estadio estaba precisamente una manifestación de latinos con pancartas de boicot a Arizona y gritando todos en circulo ¡Boicot a Arizona!
Esas Preguntas que anteriormente mencione me las contesto una revista que llego a mi casa titulada “Viaje Por la Historia De México”, con motivo del bicentenario de nuestro país y me imagino que el fin de esta revista es que leyéndola nutramos nuestro patriotismo y nos sintamos orgullosos de nuestro país, de nuestro hermoso país. Pero insisto gracias a esta revista me pude contestar esas preguntas que tanto me intrigaron ese día. Porque en la pagina 37 titulada Las Invasiones Norteamericanas habla un poquito acerca de la historia de nuestro país en relación a esa frontera. Y dice que debido a que México se negó a vender esas tierras, E.U. espero el más mínimo pretexto para quitárnosla a la fuerza, provocando una guerra para conseguirlo por las armas.
Si amigos nos quitaron el Estado de Tejas que ahora es Texas, el Estado de Nuevo México que ahora es New Mexico, el Estado de Arizona y la Alta California que ahora es California, si señores nos quitaron casi el 50% de nuestro país. Y que irónico es que cada vez que quiero ir a Arizona y cruzar a ese estado en donde me preguntan hasta de lo que me voy a morir para otorgarme un permiso, óiganlo bien: un permiso para pasar como turista como visitante a lo que un día nos perteneció y que nos quitaron a la fuerza, vergüenza les debería de dar a los norteamericanos de vivir en un lugar que moralmente no les pertenece, pero que lejos estamos de hablar de moralidad en estas alturas de la historia de la humanidad. Qué pena me da con mis paisanos que desafortunadamente tienen que ir a buscar su futuro, su patrimonio a ese país y respeto profundamente sus decisiones y no descarto la posibilidad de que algún día yo también haga lo mismo por alguna buena oportunidad que se me dé o que de plano no tenga posibilidades buenas en mi país, pero realmente la pensaría mucho porque aquí soy libre, puedo ir adonde sea, puedo manejar un carro con tranquilidad y no andar con el temor de que choque o me paren y me investiguen y me reporten a México.
Recuerdo que un amigo me dijo que el hecho de que los mexicanos estén migrando a los estados unidos es parecido a lo que sucede con el agua en los ríos, me dice: así como el agua tiene memoria de por donde corrió algún día, pues los mexicanos como que tenemos memoria de que esas tierras nos pertenecían y como por intuición cruzan esa frontera en forma de reclamación, quien quite y los norte americanos tengan miedo de que se las volvamos a quitar, porque como dijo Emiliano Zapata en una ocasión: “la tierra es de quien la trabaja” y pues son los mexicanos y los latinos los que trabajan más en ese país son la mano de obra que nadie quiere hacer, el trabajo más duro lo realizan ellos. En fin el caso es que por necesidad he tenido que cruzar a ese país como unas seis veces para visitar a la familia de mi esposa que casi toda vive allá tal como lo mencione al inicio de esta entrada pero realmente no me es grato visitarlo solo sigo la corriente como los ríos y vacaciono con mi familia por esos lugares que no lo niego son muy bonitos pero nunca se me olvidara que eran nuestros y reitero mi país es más bonito “como México no hay dos”.
jueves, 17 de junio de 2010
Mi Amiguita Tarahumara.
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Veinte pesos por foto dijo la niña tarahumara pasando por una banqueta del pintoresco pueblo llamado Creel en la sierra Tarahumara, Chihuahua. Me llamo la atención la manera en que persistió en ofrecer las artesanías que con mucho afán elabora su madre y tal vez ella también, me llamo la atención que cuando observó que no nos interesaba nada de lo que vendía sino que solo queríamos tomarnos una foto con ella por verse tan curiosita y tierna, aprovecho y dijo: “veinte pesos por foto señor”, demostrando ser una buena comerciante. Posó para la foto sin ninguna sonrisa mostrando seriedad en su trabajo, sus cachetes chapetiados y quemados por el abrazador frio que arrecia en esos lugares de la sierra, su vestidito y su blusita de color rosa el cual quiero pensar es su color preferido, un suéter blanco pretendiendo tener presentación en su trabajo y a la vez cubrirse del frio, un misterioso pañuelo cubriendo su cabello el cual me dejo la incógnita de cómo sería su cabellera y sus tenis rosas los cuales usa para recorrer largas distancias y obtener el ingreso que seguramente le asegurará su alimentación y su sostén de cada día.
Ella sin saberlo fue mi amiguita aunque sea por un instante porque compartió un pequeño momento de su vida conmigo aunque haya sido solamente para venderme una foto, ese es el sentido de los pequeños detalles que adornan nuestras vidas que aveces observamos situaciones de una manera normal o cotidiana sin descubrir lo bello de la vida y de las personas. y por un gesto de amabilidad esta niña tarahumara se gano las primeros párrafos de una entrada en mi blog y lo titule “Mi Amiguita Tarahumara”.
En este mismo lugar antes de salir al encuentro con las niñas tarahumaras, habíamos disfrutado de un delicioso desayuno en una fondita-restaurante, con olor a tortillas de maíz hechas a mano y un impregnante olor a café colado. Siendo un 25 de Diciembre sucedió un acontecimiento que me dejo marcado para siempre, pues mi amigo Sergio Escalante realizo un acto de bondad absoluta ante nosotros. Estando sentados a la mesa con muchos platos de los cuales nos alimentábamos entraron a la fondita un señor ya mayor y un niño los cuales se veian que eran tarahumaras por su vestir y sus sandalias de cuero de res, quienes se dispusieron a sentarse en una mesa y ordenaron a la mesera una taza de café, es todo? pregunto la mesera, y el señor asintió con la cabeza, le sirvieron el café y con un gesto de amabilidad lo compartió con el niño mientras echaban miradas de antojo hacia nuestra mesa.
Pretendiendo alargar el consumo de su café y a la vez aprovechando un momento calientito dentro de la fondita lo cual era provocado por la chimenea y las hornillas que estaban a todo lo que daban, el señor y el niño daban pequeños tragos a lo que sin lugar a duda seria su desayuno esa mañana de Navidad. Finalmente terminaron su café y el señor saco de su bolsillo la cantidad exacta para pagar y la dejo en la mesa y con solo una mirada ordeno al niño levantarse para retirarse, cuando ellos se levantaron y se dirigieron a la puerta de salida pasaron justo por un lado donde Sergio estaba sentado y sorpresivamente Sergio alargo su mano a espaldas de ellos y frente a nosotros puso con destreza y cuidadosamente un billete de cincuenta pesos en el morral que el señor traía en su espalda.
En cuanto ellos salieron inmediatamente les dije a mis amigos Gonio, Omar Y Sergio que deberíamos de decirles que llevaban ese billete en el morral para asegurarnos de que realmente aprovecharan ese dinero y que no se les perdiera por ahí, rápidamente acordamos que si, salí casi corriendo del lugar y les grite: ¡oiga señor! disculpe se le va cayendo un billete de su morral y el señor extrañado y asombrado revisa su morral y con una mirada de agradecimiento me dice. ¡A si! gracias joven y se retiraron.
Eso para mí fue la navidad más placentera que haya tenido, porque a pesar de que andábamos fuera de casa y aventurándonos en esos lugares tan fríos de la sierra, pude entender el verdadero significado de bondad en esta vida y que en su momento Sergio sin poder ayudar directamente a este señor con un acto de compasión que mientras comíamos maquinaba en su mente y sin decirnos nada logro seguramente llevar a la mente de este señor el pensar que esa mañana le sucedió un verdadero milagro de navidad pues aunque hayan sido solamente cincuenta pesos para ellos fue simplemente “un milagro de navidad”.
martes, 15 de junio de 2010
"Ciruela Silvestre"
En este mes de junio tuve la dicha de ir de entrada por salida a Los cabos por asuntos de trabajo, y aproveche para tomar unas fotografías a esta fruta, y lo impresionante es que como todavía no llueve yo pensé que no iba a encontrar el fruto, pero tuve suerte y me encontré unos árboles tupiditos y aunque estaban verdes todavía obtuve unas buenas fotografías. Nótese que todo el monte se ve seco y el árbol de ciruelas está un poco verde y con fruto. Me llama la atención este fruto porque por acá por donde radico en Cd. Obregón Sonora no conocen este fruto, no se da por acá, de hecho me he puesto a investigar en internet el nombre científico o alguna fotografía y no he encontrado nada al respecto, espero que por este medio alguien me pueda decir el nombre científico y el origen de este maravilloso fruto. Otro rollo interesante es que yo recuerdo que cuando comía mucho de este fruto a la hora de orinar provocaba un orín de un color amarillo muy fuerte seguramente a de limpiar los riñones por sus propiedades y recuerdo que mi madre me decía: “No comas muchas cirguelas te va a dar mal de orín” u si recuerdo esos momentos de la niñez muy gratos. E aquí unas fotografías que tome y una historia que fue lo único que me encontré en internet acerca de las ciruelas silvestres y lo encontré en la página del H. XIII Ayuntamiento de La Paz.
LAS CIRUELAS DEL MOGOTE
En el verano, aprovechando los fines de semana, los habitantes de la ciudad de La Paz suelen recorrer los cauces de los arroyos que se localizan en sus alrededores, en busca de los árboles que producen la apetitosa fruta conocida como ciruela silvestre.
Corre la fama de que las ciruelas más sabrosas son la de los arroyos de El Cajoncito y el Piojito, aunque a decir verdad no se comparan con las que se producen en el Mogote, angosta franja de tierra que se interna en la bahía de La Paz, a escasos 800 metros frente a la ciudad enmarcando a la ensenada del mismo nombre.
Las ciruelas del monte, como son conocidas popularmente, son de color amarillo en su pulpa y en su cáscara. Cuando están maduras son jugosas y de un sabor agridulce. El hueso llamado “chunique, grande en proporción a la fruta, contiene en su interior una almendra de sabor muy parecido a la nuez. Los niños, y a veces los adultos, guardan los huesitos para partirlos posteriormente y saborear con miel o leche las almendras recogidas.
Pero no solamente los paceños gustan de las ciruelas. Existe una pequeña ardilla conocida como “juancito” que mora en los agujeros hechos en los troncos de cactus comp. la choya y la pitahaya, que ha hecho de la almendra del chunique su comida preferida. Con destreza propia de un cirujano, desprende con sus dientes incisivos la pequeña tapa que cubre la parte superior del hueso y extrae la semilla entera. Es común encontrar debajo de los ciruelos los huesos vacíos semejantes a pequeños y originales cuencos y, con un poco de paciencia, se puede observar la labor metódica y elegante de las traviesas ardillas cuando saborean el manjar de su predilección.
Cuenta la leyenda que las ciruelas del Mogote solucionaron un grave conflicto entre dos tribus que habitaban esa región.
Los Aripas y los Guamuchis eran enemigos irreconciliables y continuamente tenían enfrentamientos, sobre todo para defender los límites de sus propiedades. Uno de tantos días, los Aripas lograron capturar a la princesa Inmigná, la bella hija del rey Guamuchi. Inconsolable, el padre envió diversas embajadas para suplicar la devolución de su adorada hija, pero todos los esfuerzos resultaron vanos. Como último y desesperado recurso, al rey se le ocurrió enviarle un recado a su enemigo que consistió en un caparazón de caguama rebosante de frescas y apetitosas ciruelas. Gustaron tanto las frutas al rey Aripa y tan agradecido se mostró con ello, que ordenó la inmediata devolución de la princesa cautiva. Desde ese incidente, las tribus vivieron en paz y en recíproca colaboración.
La misma leyenda trae aparejado un corolario en el que se afirma que la persona que come ciruelas del Mogote se queda para siempre en La Paz. Seguramente por que la sabrosa fruta impregna de una sensación de tranquilidad y bienestar, características muy propias de los que habitan esta hermosa ciudad bajacaliforniana.
lapaz.gob.mx